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Mostrando entradas de enero, 2015

Nombres sin peso. Hombres sin nombre

Hoy me he vuelto a poner en pie para predicar sobre mi caja en la puerta del supermercado. Algunos acólitos me han pedido que hable de la muerte, de abandonar el cuerpo y dejar lo material. De si me parece real el otro barrio, de si nos queda esperanza más allá de esto a lo que llamamos vida, de si la muerte es una liberación o sólo un castigo más, o simplemente un abandonarse a un sueño para descansar. Se muestran preocupados por recientes ausencias, buscan consuelo en mis palabras. Nadie quiere hablar sobre ello, casi todos se giran de inmediato al escuchar algunas pinceladas de mi breviario, pero hay que reconocer que existe, que está presente, como mínimo de vez en cuando. La pérdida de convicciones generalizada de la sociedad occidental se ha asociado a esta negación, nadie quiere entender o asumir que nada más nacer te entregan la sentencia "sine die". Y todavía resulta más incomprensible cuando esa sentencia se cumple, especialmente cuando de forma injusta se abre

"Maldigo correcto" Digo "Maldito corrector"

Estoy totalmente en contra de los correctores automáticos, y los teclados predictivos. De esas palabras que surgen mágicamente cuando uno apenas insinúa unas letras en un teclado. Y es que esos pequeños monstruitos alojados en el teléfono conducen a numerosos equívocos, ahondan la fisura de la no cultura y no permiten el desarrollo de la inteligencia e incluso conducen a la atrofia de algunas regiones del cuerpo. Por ejemplo, nadie busca sinónimos para no repetir la misma palabra constantemente o se utilizan abreviaturas inservibles fonéticamente. Incluso esos artefactos se permiten memorizar palabras inexistentes sólo porque por falta de pericia las has escrito varias veces. Por ejemplo, he escrito sin fijarme un texto y me salido lo siguiente: "Siquiera contrae palabras adecuadas para irte y te hiero". Cuando mi intención era escribir: "Quisiera encontrar las palabras adecuadas para decirte que te quiero". O durante aquel chateo interminable cuando impacient

Pioneros - Willa Cather

“ Where there is great love, there are always miracles .” Willa Cather Este libro me lo han prestado, quizás me lo han regalado, pero yo voy a intentar devolverlo por si acaso. Viene recomendado por un lector fiable y crítico que no da fácilmente el aprobado y eso me inclina a ser benévolo. Aún así le he encontrado oscuros y claros. La claridad de la prosa limpia, de los prados abiertos al viento y la oscuridad de la vida que pasa de forma aplastante en casas sin apenas alumbrado y de un argumento algo irregular, pero creo que esa impresión está falsificada porque la autora no se explaya en ofrecernos una novela de poco más de 250 páginas y por eso parece algo resumido y da la sensación de que falta algo, porque se acaba demasiado rápido. No cuenta nada especial salvo que habla de la vida de forma real y precisa, especialmente de las miserias. Avanza desde la perspectiva de una persona inteligente pero resignada, clarividente y a la vez limitada sentimentalmente, volcada

Niveles de vida - Julian Barnes

 " La cura de la soledad es estar solo " Marianne Moore ADVERTENCIA: Si la lectura es una actividad para evadirte, para no pensar, para entretenerte, esta novela no te interesa. Vuelve directamente a los best sellers, a esas novelas escritas siguiendo siempre la misma pauta, a veces con títulos similares diseñados solo para fidelizarte. Si no eres capaz de darte cuenta de todo eso, de que estás manipulado, abandona de inmediato esta lectura y dedicate a otra cosa. Sal de rebajas e inúndate con esa luz falsaria. Coge de nuevo la mano de esa pareja a la que hace tiempo que no amas y vete a dar una vuelta por un centro comercial. Pero si alguna ves has sentido el vacio del corazón roto y no sabes como recomponerlo o rellenarlo. Si miras atónito a los alegres esos días que dicen que son festivos, si estás harto del papanatismo, de los que se pasan la vida esperando la próxima fiesta, de los amigos de sus amigos. Este es tu libro, comprarlo es una inversión buena. A mí me

El cementerio marino - Ramiro Pinilla

Es la primera novela que leo de Ramiro Pinilla, un autor con varios premios importantes, poco conocido y que en el pasado mes de Octubre nos ha abandonado. Intentó mantenerse al margen de los circuitos comerciales, incluso estuvo alineado con la autoedición. En los últimos años escribió tres novelas protagonizadas por el detective Samuel Esparza, alter ego de Sancho Bordaberri, un simple librero del pueblo de Getxo. Después de acabar esta novela, he tenido la sensación de que en su vejez decidió demostrar que él también podía con este estilo, abordándolo con calidad, originalidad y al mismo tiempo dentro de los mejores cánones marcados por los escritores americanos de principios del siglo XX. De hecho el propio detective se manifiesta adicto a los personajes de Hammett, Chandler y especialmente inclinado hacia Philo Vance, personaje protagonista de la novelas del, para mí hasta ahora desconocido, S.S. Van Dine. La realidad es que si quería demostrar algo lo consigue de forma sobr

De la amistad - Matteo Ricci

" Si no puedes ser amigo de ti mismo, ¿Cómo podrías ser amigo de otros? " Hemos sido consultados recientemente por una amiga sobre la amistad. Nos pregunta si la frustración sentimental o erótica puede devenir en eso, en amistad fraternal. Nos hemos mirado preocupados y hemos decidido aplicar el teorema de James, un conocido filósofo y filántropo cántabro que dice: 1. ¿Es fluido?... Porque si no es fluido no vale la pena. 2. ¿Qué te aporta?... Porque si no aporta nada aplíquese la regla primera. Ha luchado denodadamente para defender la primera respuesta. Pero ha replegado rápidamente las alas en la segunda, se ha roto claramente por el plano sagital. Se ha visto obligada a reconocer que... nada , que es una relación asimétrica que solo hay entrega generosa por un lado pero que no le importa, que recordar un minuto vale la pena.  Luego, se ha mirado repetidamente las puntas de los zapatos, ha estrujado los papeles en las manos, se ha buscado algo entre los bolsillo

El Rey de los Alisos - Michel Tournier

No sé donde tuve la primera noticia de este libro, alguien lo calificaba como obra maestra y recomendaba su lectura. Estaba apuntado en mi lista, pero nunca lo había buscado. Apareció en la estantería de una librería con un lomo algo descoloreado, en el que se adivinaba el paso de los años. El abandono que precede al descarte, el blanco de la contraportada había perdido el brillo de la novedad. Abrí la primera página: " Eres un ogro, me decía a veces Rachel. ¿Un ogro? Es decir, ¿un monstruo fantástico, surgido de la noche de los tiempos? Sí, creo en mi naturaleza fantástica; quiero decir, en esta secreta complicidad que mezcla profundamente mi aventura personal con el curso de las cosas, y le permite inclinarlo a su favor. " Ni diez palabras y ya estaba en shock, surgían de la página como un grito escupido en mi dirección. Decidí apadrinarlo, buscarle cobijo en mi casa. Un poco más allá indica: " ...hace tanto tiempo que el ser y yo caminamos juntos, somos tan vie

(Des)Propósitos para el Año Nuevo

Ahora que han pasado algo más de 24 horas desde ese desparrame que es el final de año. Acontecimiento ficticio por excelencia, organizado con la única intención de hacer que os gastéis vuestro dinero tontamente, que os comportéis como animales y que no utilicéis el cerebro durante un periodo largo. Es buen momento para hacer una lista de (des)propósitos. No una de esas llenas de falsedades en las que pone: estudiar idiomas, ir al gimnasio, no engañar más a mi esposa, no chillar a los niños, cuidar a mis padres cuando estén enfermos, hacerme socio de una ONG o apadrinar un niño y todas esas zarandajas que os han enseñado a decir e incluso a apuntar.  Yo os paso la mia: No necesitar nada ni a nadie No esperar nada ni a nadie No ser nada ni nadie Ser pequeño no abultar, ser casi casi evanescente, transparente. Abandonar la incandescencia y transformarme en transparencia. No ambicionar por nunca más la trascendencia  No emitir proclamas ni soflamas. Sustituir la ideologí

Indignado

Mi retiro espiritual de estos días se ha visto turbado por una noticia que me ha obligado a desperezarme, a levantarme de la cama, a frotarme los ojos e incluso a cambiarme de calzoncillos. Mi identidad ha sido suplantada. Sí amigos. Hay un individuo impresentable con mi nombre que reparte comentarios imbéciles en "Twitter". Para postre, no es gallego, escribe en inglés, dice solemnes estupideces y escupe comentarios nada literarios. No os hago un link a sus "twits" porque no quiero que tenga ni una visita más. Por suerte sólo tiene tres seguidores que inequívocamente deben ser otros individuos descerebrados, de los que seguramente sólo disponen de tronco del encéfalo, cerebelo y médula espinal como sistema nervioso central, ni gota de corteza. Vamos, simplemente aclarar que ese degenerado no soy yo. Igual coincidimos en nombre, pero en absoluto en espíritu, cultura y buena educación. Os dejo, me vuelvo a la posición del loto y a seguir disfrutando de "