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Mostrando entradas de junio, 2016

El peterpanismo y la imaginación desatada por haber jugado con muñecos

Leo a una madre que escribe apesadumbrada a su hija tras haber pasado las pruebas de selectividad. Le pide perdón genuflexa, también de parte de su padre. No han sabido darle una buena infancia. Por culpa de los estudios y los deberes la han privado de maravillosas horas de ocio, jugando en los columpios, dando patadas a un balón de futbol o haciendo casitas en el bosque y castillos en la playa. El cruel sistema educativo competitivo es el culpable. De hecho los padres solo son pobres víctimas que se ven obligados de forma dictatorial a apuntar a sus hijos a miles de actividades para poder labrarse un buen futuro profesional, para destacar los primeros de las listas y así hacerse personas de provecho para la sociedad. Pienso que esa madre, preocupada por haber arruinado la infancia de su hija, en realidad añora la suya que ha quedado deformada a idealizada por el paso del tiempo. Porque, queridos amigos, esa infancia no es real y si es real, sólo ha estado al alcance de unos poc

Santuario - William Faulkner

Me hubiera gustado sentarme a charlar un rato con este escritor. Seguramente hubiéramos encontrado puntos de encuentro. Su desconfianza en la naturaleza humana, su escepticismo sobre todo lo establecido y su mirada ácida (con mala lecha y también tristeza), se parecen mucho a las mías. Seguramente en esa charla le hubiera criticado seriamente el desarrollo de esta novela calificada algunos (ingenuos) como magistral, de forma exagerada en mi opinión. El autor que sabía de verdad lo que había hecho la aborrecía. Eso debía ser por algo. La novela está plagada de medias palabras, de diálogos inacabados entre algunas pormenorizadas descripciones y escasos detalles personales de los personajes, no por ello excelentemente caracterizados. Es una novela esbozada a brochazos, quizás autocensurada, para ocultar a los ojos del lector la violencia, la maldad o la mala leche, o simplemente para dejar al libre pensamiento la imaginación de todo lo perverso y lo escabroso de la acción, probablemen

El año del diluvio - Margaret Atwood

Ahí llevaba en la estantería varios años, reclamando atención con su lomo plateado. Reivindicando lectura y volver a su amo. Al final lo ha conseguido y volverá de forma merecida a las manos de su dueño que insistió en dejármelo un poco disgustado porque no le gustó mi opinión sobre "Oryx y Crake". Aquí nos situamos en la época inmediatamente anterior a la acción de esa anterior novela (eso a lo  que hoy llaman una "precuela"). La autora retrata un mundo futuro incómodamente verosímil, algo que podría estar ocurriendo tranquilamente en un mundo paralelo, incluso aquí al lado. Convierte su obra en una incisiva crítica a nuestra forma de vida mostrándola deformada y exagerada en sus defectos,  incluso con sarcasmo, pero tan poco que parece casi real. En esta novela Atwood me ha convencido de verdad, me ha endilgado sus seiscientas páginas sin haberme ni enterado. Por lo tanto, me ha entretenido, me ha tenido cosido a sus palabras constantemente y además me ha hech