Este libro lo leí hace muchos años, quizás quince. Llevaba años guardado en la biblioteca, escondido entre muchos volúmenes, fuera de sitio. De forma subrepticia, ha ido ganando puestos hasta la primera fila, hasta situarse constantemente frente a mi vista, junto a los libros pendientes de lectura. Llamándome por mi nombre, primero enseñándome una portada con foto de café lisboeta, afilada, dolorosa como un alfiler clavado lentamente. Pensaba que me iba a morder, pero al acercar la mano agachó la cabeza en busca de caricia, abrió sus páginas como grandes puertas y me sedujo con su apellido gallego de portada. Lo he tenido que volver a leer.
Un libro precioso, sencillo, breve y suave como los pétalos de las flores. Una historia triste pero que no entristece. Un argumento para meditar pero que no duele. Un personaje protagonista en decadencia pero con el suficiente coraje para superar sus pensamientos de muerte, para elevar un hálito potente de vida, de valentía, justo antes de la desaparición, de la huida. Un auténtico antihéroe. Un individuo que escribe sin sentido, que habla con fotos y consigo mismo, que se ha dejado ir hace tiempo más allá de lo que sucede en su perímetro y que al mismo tiempo es increíblemente lúcido, sensible e inteligente.
Lo mejor: Transmite perfectamente sus mensajes, lectura fácil asociada a buena literatura. "La filosofía parece ocuparse sólo de la verdad, pero quizás no diga más que fantasías, y la literatura parece ocuparse sólo de fantasías, pero quizá diga la verdad." "Si ellos tuvieran razón, mi vida no tendría sentido..." "La personalidad es una confederación de varias almas, porque nosotros tenemos varias almas dentro... una confederación que se pone bajo el control de un yo hegemónico."
Lo peor: Le he dado muchas vueltas pero no le veo inconvenientes salvo la envidia de no poder escribir como él. ¡Claro! Antonio Tabucchi era experto en Pessoa y eso, en casa, es toda una garantía.
Puntuación 9/10.
PD: "En portugués Pereira significa peral y, como todos los nombres de árboles frutales, es un apellido de origen judío, al igual que en Italia los apellidos de origen judío son nombres de ciudades." Antonio Tabucchi en el epílogo.
Un libro precioso, sencillo, breve y suave como los pétalos de las flores. Una historia triste pero que no entristece. Un argumento para meditar pero que no duele. Un personaje protagonista en decadencia pero con el suficiente coraje para superar sus pensamientos de muerte, para elevar un hálito potente de vida, de valentía, justo antes de la desaparición, de la huida. Un auténtico antihéroe. Un individuo que escribe sin sentido, que habla con fotos y consigo mismo, que se ha dejado ir hace tiempo más allá de lo que sucede en su perímetro y que al mismo tiempo es increíblemente lúcido, sensible e inteligente.
Lo mejor: Transmite perfectamente sus mensajes, lectura fácil asociada a buena literatura. "La filosofía parece ocuparse sólo de la verdad, pero quizás no diga más que fantasías, y la literatura parece ocuparse sólo de fantasías, pero quizá diga la verdad." "Si ellos tuvieran razón, mi vida no tendría sentido..." "La personalidad es una confederación de varias almas, porque nosotros tenemos varias almas dentro... una confederación que se pone bajo el control de un yo hegemónico."
Lo peor: Le he dado muchas vueltas pero no le veo inconvenientes salvo la envidia de no poder escribir como él. ¡Claro! Antonio Tabucchi era experto en Pessoa y eso, en casa, es toda una garantía.
Puntuación 9/10.
PD: "En portugués Pereira significa peral y, como todos los nombres de árboles frutales, es un apellido de origen judío, al igual que en Italia los apellidos de origen judío son nombres de ciudades." Antonio Tabucchi en el epílogo.
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